La enorme pared rocosa revelada por la mina de La Jayona empequeñece la silueta del fotógrafo que se dispone a penetrar a través de esta cicatriz en las entrañas de la tierra, una espectacular trinchera de unos 800 metros de longitud, 80 metros de profundidad media y poco más de una decena de metros de anchura, como se vislumbra en la imagen inferior.
La Jayona es una antigua mina de hierro situada en la sierra del mismo nombre en el municipio de Fuente del Arco, allí donde Extremadura se funde con Andalucía. Se trata es una explotación minera abandonada que, hábilmente recuperada, esconde una belleza casi mágica en forma de rayos de luz, restos minerales, planos de fallas, huecos imposibles y un microclima que sostiene una fauna y una vegetación que da cabida a diversas especies rupícolas y cavernícolas que contrastan sobremanera con el exterior.
Se trata de una antigua explotación minera de hierro sobre calizas estructurada en 11 niveles (no se pueden visitar todos) que conforman un peculiar complejo geoecológico en el que se pueden observar peculiares contactos litológicos, mineralizaciones, procesos kársticos y sedimentarios así como un espectacular plano de falla con estrías y espejos más evidentes que los de cualquier libro de geología.
Más allá de la propia mina, apenas quedan restos de las
construcciones o de los materiales de los mineros que se pelearon con la roca
durante años para extraer el valioso mineral de la tierra.
La Gran Guerra,
primero y, sobre todo, la Guerra Civil, propiciaron que se expoliase todo aquello que
pudiera resultar de utilidad, lo que aquel entonces significaba cualquier cosa
metálica.
Es probable que la primera utilización de la mina fuera en
época romana, pero la explotación a pleno rendimiento fue entre los años 1900 y 1921, período en que se extrajeron 270.000 Tm de mineral que se transportaba hasta la fundición en Fuente del Arco con un teleférico -un tranvía aéreo dicen las crónicas- de 5.600 m de longitud del que hoy apenas queda rastro.
Los trabajos mineros en La Jayona se detienen definitivamente
el 20 de febrero de 1921, cuando se extraían unas 2.000 Tm de hierro. Desde
entonces las dos minas del complejo, llamadas “Ya te lo
decía” y “El Monstruo”, las únicas minas de hierro de Badajoz, son un monumento
al esfuerzo humano y a la recuperación natural de un entorno fascinante.