sábado, 25 de abril de 2015
Creí ver un unicornio
Pues eso. Así, a primera vista, creía haber visto un unicornio cuando recorría una de las milenarias vías pecuarias que discurren cerca de Arroyo de la Luz (Cáceres). Pero llegó la tormenta y no pude cerciorarme. Tendré que volver.
domingo, 12 de abril de 2015
Extremadura, una ventana al infinito
Uno de los mayores espectáculos que nos ofrece la naturaleza está al alcance de todos. Y es gratis. Sólo hay que contar con algunas condiciones básicas que no dependen que quién lo practique sino de dónde lo haga. Disfrutar de los cielos estrellados, que es de lo que se trata, resulta una actividad inalcanzable en buena parte de nuestro entorno, como las grandes ciudades, pero está a la alcance de la mano en muchos lugares de Extremadura.
De hecho, en los últimos años se han desarrollado en nuestra Comunidad algunas iniciativas que tratan de aprovechar este turismo alternativo. Es el caso de algunos ayuntamientos, como el de Ceclavín, cuyas condiciones para asomarse al firmamento están avaladas por científicos del CSIC. También el Parque Nacional de Monfragüe trata de aprovechar la ausencia de contaminación lumínica para convertirse en Reserva Starlight, una figura de calidad amparada por la UNESCO y la Organización Mundial de Turismo, bajo cuyo sello no sólo se protege el cielo y los valores astronómicos sino también el paisaje, la naturaleza y la cultura ligada a todo ello.
También han surgido iniciativas privadas como e-EyE, las ingeniosas siglas bajo las que se esconde "entre Encinas y Estrellas". Una empresa ubicada en las dehesas de Fregenal de la Sierra que ofrece servicios dedicados al fascinante Turismo del Conocimiento, ese campo donde tenemos tanto por ofrecer y por explotar.
Se trata, en suma, de sumarse a prometedoras iniciativas internacionales, como STARLIGHT, que defienden la posibilidad de deleitarnos el con el firmamento.
Sirva este puñado de imágenes, tomadas en el Monumento Natural de Los Barruecos, a 10 minutos de la ciudad de Cáceres, para ilustrar la aparente facilidad con la que Extremadura puede abanderar este proceso de convertirse en paraíso del turismo del conocimiento, que incluye el turismo astronómico. O de cómo el aislamiento, la escasa población y otras circunstancias se convierten en una ventaja.
Etiquetas:
astronomía,
Barruecos,
Cáceres,
Ceclavín,
cielo,
estrellas,
Extremadura,
fotografía nocturna,
Fregenal de la Sierra,
Malpartida de Cáceres,
Monfragüe,
onocrótalo,
Starlight,
Turismo,
turismo del conocimiento
lunes, 6 de abril de 2015
Mina Esmeralda (Cáceres): paisaje contra el olvido
Últimamente, me ha dado por las ruinas.
Otra vez. Me persigue la genial ocurrencia de Auguste Rodin: “Nada es tan bello
como las ruinas de la belleza”. Frase que saco a relucir con frecuencia. Pero
no hoy. Las imágenes de Mina Esmeralda que ilustran esta entrada pueden gustar
o no gustar. Pero es seguro que nadie consideró estas construcciones dentro de
ninguna acepción de belleza, si acaso hasta tiempos muy recientes. Cuando el
horno ubicado bajo esa descomunal chimenea de ladrillo macizo de 32 m de altura
escupía humos malolientes y cientos de obreros dejaban su vida y sus esperanzas
bajo toneladas de tierra a la luz de exiguas lámparas de carburo, aquello sería
de todo menos bonito.
Hoy nos queda el paisaje y tantas historias
olvidadas, esqueletos de lo que fue, imágenes subyugantes que resisten al
tiempo y a los meteoros. Y atraen la mirada de los viajeros que salen o llegan
a Cáceres por el sur. Cada vez que paso por
la zona, cada vez, desvío la mirada hacia esas ruinas, promesas de
tiempos duros, que me resultan a un tiempo tan ajenas y tan propias. Atraen
como las sirenas a los marinos de tiempos homéricos. Tenía una visita pendiente
para forjar ese vínculo con la memoria. Y por fin se dieron las circunstancias
que, en lo que no dependía de mí, era un cielo con nubes dramáticas y un sol
lateral, de esos que nos regala el día cuando agoniza. Y allí me fui con mi modesta Leica y
algún filtro anaranjado para dramatizar el cielo, a pasear entre restos
indescifrables. A imaginar otros mundos y otros tiempos. O a intentarlo.
Y ahora podría arrojar un montón de datos
sobre el particular y contar muchas cosas. Pero la inmensa mayoría serían
ajenas. De modo que me inclino por ofrecer al inusitado lector las fuentes de
las que bebería.
Para contar la peculiar relación -lejanía
y olvido- de la mina con la ciudad y deleitarse con alzados, dibujos y detalles
aéreos hay que consultar a un experto en levantamiento de edificios.
Para comprender la importancia histórica
y cultural de Mina Esmeralda mejor leer un completo informe que requiere
conocimientos geológicos de los que yo carezco. Y si es de alguien que se
patea, conoce y ama su entorno, mejor. Puedes comprobarlo en esta gran entrada del conocido blog
que firma el Granito Parlanchín. Gracias, G.P.
Sus y a ellos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)