Naturalezas no tan muertas

  

Para Amelia, perseguidora infatigable de la belleza a ambos lados de la cámara.

Más viajes, más fotos.

Arriba: Casa del Guarda. Dehesa de Montehermoso

Abajo: Convento de El Palancar en Pedroso de Acim

La dehesa de Montehermoso

La desesa boyal de Montehermoso constituye un paisaje extremeño con imprescindibles estampas casi olvidadas, elegantes árboles altivos (en una próxima entrada) y vetustas construcciones, conservadas con mayor o menor acierto, que nos dejan ver aquello que fuimos no hace tanto tiempo.

Esta venerable zahurda, muy bien restaurada es una cochinera dedicada a la cría de cerdos en montanera, aquellos que deambulan por la dehesa alimentándose de bellotas. Es de planta rectangular de unos 10x5 m. Los muros son de pizarra trabados con barro. Aventurándose en el interior puede apreciarse cómo los muros se recrecen formando una falsa bóveda con grandes lanchas de pizarra que descansan sobre sólidos pilares de granito dispuestos en doble hilera. El conjunto, como los siguientes, se remata por una techumbre de tierra amasada que sostiene y asienta el tejado.

 Esta gran zahurda semicircular se utilizaba para mantener a las hembras paridas. Cada una de las pequeñas puertas da acceso a un espacio independiente que albergaba a una cerda y sus crías. En su momento el conjunto estaría rodeado de un muro de cierre, similar al de la imagen anterior, que formaría un corral.

En el hermoso paraje conocido como “Majá de los Porqueros” destaca este vetusto chozo con más pizarra que granito, en el que vivía el porquero encargado de cuidar a los cerdos.

Las zahurdas de la imagen se abren a sendos patios semicirculares destinados a mantener a los cerdos en ciertos momentos y a través de los que podían salir al exterior por gráciles y rudimentarios vanos.

Los Pajares. Lugar de Interés Etnológico en Extremadura

El llamado barrio de "Los Pajares" o de  "La Calzada" se localiza en el municipio de Santibáñez el Alto, en la sierra de Gata, al norte de Extremadura ubicado en un paraje natural adehesado en el que proliferan encinas y acebuches de elegante porte.

Se trata de una zona de unas 27 hectáreas de extensión en la que se encuentran hasta 200 edificaciones de uso agropecuario dispersas o asociadas en pequeños grupos.

En mayo de 2009, la Consejería de Cultura y Turismo del Gobierno de Extremadura declara el conjunto agroganadero de “Los Pajares" como  Bien de Interés Cultural en la  Categoría de Lugar de Interés Etnológico.

 Los orígenes del barrio se deben a la peculiar orografía de su localidad matriz, Santibáñez el Alto, que se ubica en la cima de un cerro cercano (oculto por las nubes en estas imágenes) en el que es imposible encontrar un espacio agroganadero útil.

 Las construcciones consisten en gruesos muros de mampostería de granisto visto con vanos recercados con dinteles y umbrales de cantería granítica de una sola pieza. La cubierta es de madera y teja árabe entre las que emergen haces de jara o brezo.

 Este hermoso conjunto, evocador como pocos en Extremadura, puede considerarse atemporal pues no es fácil adscribirlo a ningún período histórico concreto.

 

 Es probable que su origen se remonte a la Alta Edad Media aunque muchas de las edificaciones aún se utilizan prácticamente del mismo modo que se hacía siglos atrás.

 Predominan los edificios aislados de planta rectangular casi siempre de una única planta con una cerca a su alrededor en la que no faltan otras construcciones como cobertizos abiertos y un señorial acebuche destinado a dar sombra a animales y bestias.

 Entre las construcciones aparecen diseminados diversos elementos de valor como piezas monolíticas de granito, abrevaderos, fuentes, caminos empedrados...

Así era Extremadura.

Así es Extremadura.

Sinfonía de grullas

El norte de Extremadura no es, a priori, el mejor lugar para contemplar grullas si pretendemos asistir al  grandioso espectáculo de ver miles de aves entrando o saliendo de un dormidero. Pero la zona sí alberga las mejores escenas de grullas enmarcadas en la dehesa, para mí las imágenes más hermosas de la invernada de las grullas en Extremadura como se apunta Desde el Torreón en referencia al embalse de Gabriel y Galán. En este caso, la imagen corresponde a una tarde de diciembre de 2012 en el cercano embalse de Borbollón, junto a la sierra de Gata cacereña. La imagen habla por sí misma. Solo falta el estruendoso trompeteo que la acompañaba, para vivirlo todo hay que venir a ver, oler, oír y pasar frío, claro. Merece la pena.

La provincia de Badajoz, por su parte, acoge cada invierno decenas de miles de grullas. 

Forman parte indisoluble del paisaje visual y sonoro de los regadíos de las Vegas del Guadiana.

(Castillo de La Encomienda. invierno de 2011) 

Una de las miles de estampas fáciles de ver en los regadíos entre Madrigalejo y Navalvillar de Pela, una zona a caballo entre las dos provincias extremeñas donde el invierno rebosa grullerío.

Un espectáculo grandioso.

Y para todos los públicos. 

Así es Extremadura

(Grullas al atardecer en los arrozales junto al río Gargáligas)

Empieza un nuevo año. Se hace camino al andar

Tenía que volver a uno de mis motivos fetiches para empeza el año. 

Esas casas que improntan el paisaje extremeño a las que conducen caminos por los que al volver la vista atrás se ve la senda que 

¿nunca se ha de volver a pisar?. 

 Y árboles, ahora secos, cuyas hojas sonaron dulcemente revueltas, como cantara J.M. Gabriel y Galán:

(...) las mieses ondearon,
y de los senos de la tierra helada
surgió, vivificante,
el húmedo perfume penetrante
que solo sabe dar la madrugada

 ¡¡ FELIZ 2013 !!