La dehesa de Montehermoso

La desesa boyal de Montehermoso constituye un paisaje extremeño con imprescindibles estampas casi olvidadas, elegantes árboles altivos (en una próxima entrada) y vetustas construcciones, conservadas con mayor o menor acierto, que nos dejan ver aquello que fuimos no hace tanto tiempo.

Esta venerable zahurda, muy bien restaurada es una cochinera dedicada a la cría de cerdos en montanera, aquellos que deambulan por la dehesa alimentándose de bellotas. Es de planta rectangular de unos 10x5 m. Los muros son de pizarra trabados con barro. Aventurándose en el interior puede apreciarse cómo los muros se recrecen formando una falsa bóveda con grandes lanchas de pizarra que descansan sobre sólidos pilares de granito dispuestos en doble hilera. El conjunto, como los siguientes, se remata por una techumbre de tierra amasada que sostiene y asienta el tejado.

 Esta gran zahurda semicircular se utilizaba para mantener a las hembras paridas. Cada una de las pequeñas puertas da acceso a un espacio independiente que albergaba a una cerda y sus crías. En su momento el conjunto estaría rodeado de un muro de cierre, similar al de la imagen anterior, que formaría un corral.

En el hermoso paraje conocido como “Majá de los Porqueros” destaca este vetusto chozo con más pizarra que granito, en el que vivía el porquero encargado de cuidar a los cerdos.

Las zahurdas de la imagen se abren a sendos patios semicirculares destinados a mantener a los cerdos en ciertos momentos y a través de los que podían salir al exterior por gráciles y rudimentarios vanos.