
Ante tanta maravilla, me centro en una menor, que suele pasar desapercibida: el Rollo de la Villa.

Este histórico hito se localiza en la plaza de don Juan de Ureta, una coqueta plazoleta de la parte alta de la localidad.
El rollo siempre ha estado aquí, conserva su ubicación primigenia dominando el amplio alfoz de Cabañas del Castillo.
Se trata de un rollo sencillo, construido enteramente con ladrillos, algo peculiar porque lo normal es que rollos y picotas sean de granito. El fuste cilíndrico, que ha perdido en buena parte el enlucido, se apoya sobre cuatro peldaños circulares, el primero a ras de suelo.

En la parte superior destacan cuatro salientes de hierro forjado de tosca factura que representan las cabezas de otros tantos reptiles de aspecto amenazantes. Sobre ellos, un capitel con una par de molduras de ladrillos vistos y un casquete semiesférico que corona el conjunto.
Los ladrillos sugieren un estilo mudéjar que apunta a la herencia medieval beréber del pueblo.
La presencia de un rollo como este denota cierta importancia. Según leo a Carmen Fernández Daza, el lugar de Cabañas fue adquirido por la Tierra de Trujillo en 1272, pero esta histórica localidad no ejerció su jurisdicción, probablemente por existir cierta una distancia considerable entre ambos lugares. En la segunda mitad del siglo XIV, el rey Enrique II de Trastámara cedió la villa al conde de Oropesa separándolo definitivamente de Trujillo.
De este devenir histórico surge la copla popular que defiende la importancia de Cabañas como unidad territorial:
Cabañas con su castillo,
aunque es pequeña ciudad;
no está sujeta a Trujillo
ni tampoco a Logrosán.
Lo cierto es que Cabañas fue una influyente población, hoy venida a menos. Pero con una herencia más que notable. Basta comprobar la actual toponimia de la comarca. Fue cabecera del feudo de los poderosos Álvarez de Toledo, Señores de Jarandilla y Condes de Oropesa...
Por cierto, aunque se parezcan, un rollo no es lo mismo que una picota. Éstas tienen fines punitivos y servían para sujetar a un reo al que se le infligían castigos físicos. El rollo tiene origen posterior y nace con el propósito de distinguir y hacer pública la condición de villa de un lugar y por tanto su autonomía para aplicar y hacer cumplir la ley en nombre de la institución o persona que ostenta la jurisdicción.