Personas interesantes

viernes, 26 de diciembre de 2008

DUBROVNIK, la joya del Adriático

Las ciclópeas murallas de Dubrovnik desafían los embates del Adriático desde hace siglos. Estas imponentes defensas han garantizado la libertad de los habitantes de la antigua Ragusa en multitud de guerras. A pesar de su aspecto infranqueable (en la actualidad sólo se puede acceder a la ciudad monumental por un par de puertas) la ciudad ha sido tomada por venecianos, turcos, eslavos, franceses, austriacos, etc.





Los caballeros legendarios galopan a sus anchas por la antigua Ragusa. Se cuenta que el famoso Roldán acudió una vez a liberar la ciudad asediada. En el extremo sur, frente a la iglesia de San Blas, se encuentra la columna de Orlando (s. XV). Antes de la implantación del sistema métrico decimal, la medida de longitud en la ciudad era el antebrazo de la estatua.


El acceso más transitado a la vieja ciudad es por por el oeste. Al traspasar la puerta Pile, fuertemente amurallada, destaca la curiosa fuente de Onofrio, una curiosa estructura abovedada, adornada con máscaras por cuyas bocas fluye el agua.




El recinto amurallado (Stari Grad) es realmente pequeño, de apenas unos cientos de metros de diámetro, que coinciden con la calle principal, Placa Stradun, una de las calles más hermosas del mundo. A a ambos lados de esta línea recta se despliega un laberinto piedras, callejuelas y escaleras salpicado de monumentos, perderse en la ciudad es algo imprescindible para todo amante de la historia y el arte.

Para Bernard Shaw, Dubrovnik era el paraíso en la Tierra.

La cúpula de la catedral barroca


En 1991, los serbios sitiaron la ciudad. Los salvajes bombardeos dañaron la tercera parte de los edicifios de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. En 2004, cuando fueron tomadas estas imágenes, no era difícil descubrir por las calles impactos de bala y de la artillería serbia aunque Dubrovnik, haciendo honor a su sobrenombre de "Perla del Adriático", ha sabido ocultar sus cicatrices.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Gárgolas modernas. O tempora! O mores!

Hay quien piensa que las gárgolas son ornamentos propios de otros tiempos que sólo pueden verse en edificios medievales, pero nada más lejos de la realidad. Uno de los edificios más emblemáticos del mundo, el Chrysler building, en Manhattan, luce algunos de estos misteriosos adornos equiparables a los de una catedral gótica.

Lejos de ser uno de los edificios más altos del mundo, el Chrysler es sin duda uno de los más elegantes y admirados desde su inauguración el 28 de mayo de 1930. La aguja de acero que lo corona es su rasgo más distintivo y sus arcos de acero brillan sobre Manhattan noche y día
Con 77 pisos, la cima del rascacielos se eleva hasta los 319 metros sobre Lexington Av. en la esquina con la calle 42.

Esta obra maestra del Art decó fue por unos meses el edificio más alto del mundo.



Sobre el piso 31 se sitúan varios pares de alas a imagen de las tapas de los radiadores de los antiguos Chrysler.






Sobre las esquinas del piso 61 impresionantes águilas metálicas miran fijamente la ciudad del mismo modo que las gárgolas de Notre Dame otean París. En realidad se trata de réplicas de los adornos de los grandes de Chrysler de finales de los años 20.





La peculiar ornamentación del edificio, a medio camino entre las gárgolas neogóticas y los adornos art decó, se basa en los distintivos que lucían los vehículos de Chrysler a finales de los años 20.


Vista nocturna de Manhattan desde el Empire State Building en la que se aprecia cómo la brillante cima del Chrysler destaca sobre la ciudad




Normalmente hago todas fotografía que figuran en el blog, pero en esta ocasión no me resisto a mostrar esta impresionante imagen que el famoso Charles C. Ebbets tomó en los años 30. Sobran los comentarios.
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